"Las pausas dan solemnidad" y el rey la convirtió en una película solemne

Una película con casi dos horas de duración que se suceden con una acción de inacción y diálogos pausados. "Las pausas dan solemnidad" dice Lionel en un punto de la película y esta es una película solemne. Y de esa historia solemne Tom Hopper ordeña todo el humor posible creando un drama con el que no puedes evitar sonreír.

Sorprende cómo la película está dirigida para conseguir hacer pasar desapercibidos todos los elementos que sirven para meterte en la historia. Con un aspecto visual totalmente correcto, lo que más llama la atención es que no destaca, parece portada del storyboard de un diseñador minimalista y respetado plano a plano. Y la música, con la que Alexandre Desplat consiguió el Oscar, se porta como el acomodador de un cine, te lleva con su linterna y te señala cómo está la situación dando discretamente la vuelta y preparándose para la siguiente vez que haga falta.
Y aún siendo solo esto 'El discurso del Rey' tiene ese sabor a película sincera y vital que lleva el cine independiente. Así que "aún siendo solo esto" 'El discurso del Rey' es más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario