Lo peor no es la caída, es el aterrizaje
"La haine" es una obra que mastica tensión en cada escena. Y es que cada plano está trabajado como si fuese el último. En cada escena diferenciamos fácilmente una introducción, un nudo y un desenlace, son microhistorias dentro de una misma diégesis que te absorbe como una esponja al agua.