Dos tontos muy tontos (1994) - Peter Farrelly

La carcajada será tu amiga durante dos horas.

Dos tontos muy tontos supuso un boom en los 90 para las comedias del humor absurdo. Y de paso, nos volvió a demostrar lo separados que viven a veces los mundos de la crítica especializada y del público general. Mientras muchos críticos la pisotearon, la tildaron de impresentable, de chabacana, de ser simple, etc. el público la elevó a la categoría de sublime.  Absurdamente sublime, sí, pero al fin y al cabo es el objetivo de esta película.
El caso es que durante las casi dos horas que dura su proyección, cualquier espectador que posea un sentido del humor abierto, no parará de reírse. Es más, probablemente acabe a carcajada limpia, en especial con algunos gags buenísimos.

Reconozco que siento debilidad por esta obra de Peter Farrelly, y por diversas razones. Los personajes están genialmente descritos dentro por supuesto de un mundo absurdo en el que lo que prima es reírte con ellos y de ellos. Los actores, espectaculares. Nunca Jim Carrey me hizo tanta gracia, y nunca Jeff Daniels pudo lucirse tanto dentro del género de la comedia, con un personaje que diera tantísimo juego. Y las situaciones son tan amplias, que abarcan desde un humor estúpido que aún así te hace reír, hasta un humor inteligente, que por supuesto, también te hace reír.
Y es que, en definitiva, a pesar de lo que digan los críticos, no es casualidad que en esta pequeña reseña abunde tanto el campo semántico de la risa, y que este film gustase tantísimo al público y fuese a posteriori tantas veces imitado (sin demasiado éxito, por cierto). Dos tontos muy tontos es ya, con justicia, todo un clásico del género de la comedia absurda.