La trama de la película se basa en la novela de Carlos Martínez-Barbeito titulada El bosque de Ancines, que a su vez está basada en la historia del citado Romasanta.
En cuanto al filme en sí, decir que está bien dirigido, y José Luis López Vázquez está genial, brillante, pero se echa en falta que se detuviera el narrador aún más en el personaje, no sólo en su detención sino en las cosas que dijo en el juicio o cómo fue llevando a los policías a los lugares donde mató a sus víctimas diciéndoles que sólo había huesos porque se los había comido. Es decir, presentan al personaje histórico de forma demasiado fría, sin dar pie a lo misterioso o mágico que tiene también este legendario personaje gallego, si bien es cierto que López Vázquez compensa ese déficit construyendo un grotesco personaje a la vez que enigmático.
La ambientación, por su parte, queda logradísima y tiene toques del esperpento de Valle-Inclán, deformando grotescamente algunos personajes, al servicio de una implícita crítica hacia la sociedad española y gallega del siglo XIX.
En conclusión, ojalá en el cine contemporáneo español se hiciesen más películas sobre este tipo de historias de la denominada "España negra" o "España mágica", seguramente tendríamos más taquilla y más calidad en las historias que en la actualidad.
1 comentario:
Yo tengo un amigo que se convierte en lobo cuando celebra un gol!...
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