jueves, 25 de octubre de 2012

Admitido (2006) - Steve Pink

No es otra estúpida comedia americana (aunque lo parezca).

Rubias tías buenas y tontas, gordo marginado y gracioso, chico negro musculado y chistoso, rockero porrero desfasado... Sí, aunque no lo parezca, Admitido (Accepted en el título original en inglés) no es la típica comedia juvenil norteamericana llena de estupideces y que olvidarás pasadas 24 horas tras echarte unas risas (y dando gracias si al menos cumple ese objetivo, que no siempre sucede). Efectivamente, está llena de todos los clichés que se pusieron de moda allá en los finales de los 90 tras el impacto de American Pie, pero en esta ocasión encontramos en algunas ocasiones un humor diferente, y no sólo eso, sino hasta mensaje.
Steve Pink presentaba en 2006 su ópera prima dispuesto a convertirse en un autor diferente. Como suele suceder, la productora que llevó los derechos vendió "mal" la película. La hizo ver como otra comedia estúpida sobre adolescentes hormonados y desfasadores  con la que pasar el rato y poco más. Sí, esto provocó que se obtuviera una más que aceptable recaudación en taquilla, pero a cambio se eligió un mal público al que fue destinada y esto la acabó gestando una fama que posteriormente ha impedido a muchos espectadores (el prejuicio nos influye a grandes niveles) llegar a ver adecuadamente el mensaje complejo que lleva implícita en ella.
Y es que la primera media hora de Admitido es innegablemente buena. Gags originales mezclados con otros típicos pero muy efectivos; presentación de los personajes rápida pero útil, y una serie de diálogos repletos de ironía, sátira y mucha crítica social, en especial al sistema educativo estadounidense en particular, y al capitalista en general. También hay guiños en favor de los "no aceptados" por la sociedad, lo cual sin duda entronca a la perfección con el propio título de la obra.
Después de este brutal comienzo, la película pierde fuerza y es cierto que empieza a centrarse demasiado en contentar al público que acudiría a verla "sólo por ver chorradas", siendo algunas graciosas pero sin la calidad inicial. Todo esto hasta llegar a un final más que decente con un interesante y reflexivo discurso del protagonista (interpretado por Justin Long, que sin bordarlo, muestra una naturalidad que se agradece en este tipo de filmes) poniendo en duda los valores establecidos por el sistema educativo actual y por aquellos que han convertido la enseñanza, especialmente la de nivel superior, en un puro negocio.
El argumento, aunque según va avanzando la trama uno se percata de que no es lo más sustancial, parte de la historia de un joven inteligente pero desmotivado con los estudios, que ve cómo tras terminar la educación secundaria ninguna universidad lo acepta como estudiante. Sus padres, cumpliendo el prototipo de progenitores exigentes y preocupados por los estereotipos de la sociedad, muestran su preocupación avergonzándose de él y en ocasiones hasta humillándole. Para remediar la situación, decide crear una universidad ficticia para contentarlos y fingir que sí ha conseguido llegar a la universidad. La broma acabará saliéndose del tiesto hasta llegar a completar la jugada convirtiendo la "hazaña" en toda una realidad. El plan de estudios de dicha universidad lo podrían haber llegado a firmar Sébastien Faure o Francisco Ferrer Guardia con sus modelos de escuelas libertarias, pero contando con el añadido de las nuevas tendencias de la psicología educativa que abogan por el desarrollo del individuo mediante el aprendizaje individual y junto a sus iguales (es decir, los propios compañeros). Se podrá estar, evidentemente, a favor o en contra de esta visión o de alguna de sus ideas, pero lo que es indiscutible es que sorprende encontrar este tipo de mensajes y reflexiones en una película que te la venden como algo totalmente diferente.
En definitiva, con Admitido no estamos ante una maravilla del séptimo arte, pero sí ante un filme con el que te reirás y a la vez reflexionarás; y sí, tiene sus defectos, pero tiene otras virtudes que consiguen dejarte con un buen sabor de boca al finalizar su visionado, entre ellas algunas canciones seleccionadas para su Banda Sonora, como por ejemplo "Let the drummer kick" de Citizen Cope:

1 comentario:

alberto dijo...

Esta peli creo que la he visto. Me suena un huevo el protagonista.