martes, 24 de abril de 2012

Jerry Goldsmith - Gremlins (1984) - Joe Dante

Bandas Sonoras: Gremlins (1984) y Gremlins II (1990).
En los años 80, puede decirse sin tapujos, que Hollywood vivió su época dorada en cuanto al cine de entretenimiento que mezclara la comedia con el terror. Filmes como: Posesión Infernal (Sam Raimi, 1981), Terroríficamente muertos (Sam Raimi, 1987), Noche de miedo (Tom Holland, 1985), El regreso de los muertos vivientes (Clu Gulager, 1985), Están vivos (John Carpenter, 1988) o la saga que nos atiene, la de los Gremlins, son buenos ejemplos de lo que era cine de entretenimiento no exento de calidad (algunos de los autores del siglo XXI ya podrían aprender de sus maestros).

Así pues, en 1984, Joe Dante se encargó de dirigir la película que dio vida a los Gremlins, unos "simpáticos" monstruitos llenos de crueldad, que surgen de un curioso e inocente animal, un mogwai, al que sus nuevos dueños estadounidenses llamarán Gizmo (pues su origen es oriental). Para tal noble hazaña, Dante aprovechó un guión de Chris Columbus, y también contó con la inestimable ayuda de un genio de la música: Jerrald King Goldsmith, más conocido como Jerry Goldsmith (además de con la producción de la Warner Bros y de Steven Spielberg, lo cual sí que ayuda).

El entrañable Gizmo.
El compositor de bandas sonoras de obras tan conocidas como: Siete días de mayo (John Frankenheimer, 1964), El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1967), Papillon (Franklin J. Schaffner, 1973), Chinatown (Roman Polanski, 1974), La profecía (Richard Donner, 1976, obteniendo el Óscar a la mejor B.S.O.), Alien, el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979), Poltergeist (1982, Tobe Hooper) o Desafío Total (1989, Paul Verhoeven), entre otras; se sumó, no sólo al proyecto de la primera parte, sino también a la secuela de 1990 dirigida por el propio Joe Dante, y desde entonces, la sintonía de su banda sonora, se convirtió en el sello de identidad inconfundible de los Gremlins. Y es que, la melodía compuesta por Goldsmith imprime un ritmo frenético, trepidante, tras un inicio dulce (como el propio Gizmo), algo muy similar a la sensación que percibe el espectador cuando ve las películas de esta saga.


Pero lo mejor es deleitarse escuchando la música, que al fin y al cabo es lo que desea todo artista de verdad (con lo cual imaginamos que así lo querría Jerry Goldsmith, allá donde esté, pues falleció en 2004). Y no sólo de los Gremlins I sino también de los Gremlins II (aunque no deje de ser una ampliación de la original):

1 comentario:

38pajaros dijo...

Muy interesante saber que esta banda sonora es falsamente atribuida a Danny Elfman.