jueves, 8 de noviembre de 2012

Los descendientes (2011) - Alexander Payne

"...el paraíso puede irse a la puta mierda”


Drama y comedia son dos géneros muy amplios que pueden abarcar un gran porcentaje de las películas que salen al mercado. Y aunque, como se suele decir para quedar bien, en elproyectordeconciencias "estamos en contra de la etiquetación de los productos culturales en aras de un disfrute más pleno y sorpresivo" y blablablá, quizá esta podría encajar casi como una comedia costumbrista, pero costumbrismo al que estemos acostumbrados, el que expone los usos y costumbres de la sociedad adinerada hawaiana con problemas familiares. Y llegados hasta aquí tú prodrías decir: "Que le den a Gerorge Clooney, a todos esos malditos ricos que deciden sobre el futuro de islas enteras y hasta que le den a todas y cada una de esas islas de la Polinesia con gente haciendo surf y tomando cócteles en cocos con pajita. Me vuelvo a ver Torrente 4, ahí sí que salen personas como yo". Pero no, Los descendientes funciona de maravilla, en mayor o menor medida entra en ese circulo de películas sobre la clase alta como Lost in translation, Gracias por fumar, Up in the air o la mayoría de la filmografía de Wes Anderson (Academia Rushmore, Los Tenembaums, Life Aquatic...) y ya desde el principio con un monólogo inicial, nos recuerda que al margen de los "problemas del primer mundo" y la clase social los sentimientos son inherentes al ser humano sin importar el dinero que tenga en la cuenta corriente y que las rutinas tienen la capacidad de acabar por desgaste con todo lo bueno que puedan tener.

“Mis amigos del continente creen que como vivo en Hawai, vivo en un paraíso y que estoy de vacaciones perpetuas. Creen que estamos todos los días bebiendo Mai Tais, agitando las caderas y haciendo surf. ¿Se han vuelto locos? ¿Piensan que somos inmunes a la vida? ¿Cómo es posible que crean que nuestras familias están menos jodidas, nuestros cánceres son menos mortales y nuestro sufrimiento es menos doloroso? Hace que no subo a una tabla de surf quince años. Durante los últimos 23 días he estado viviendo en un paraíso de sueros, bolsas de orina y tubos endotraqueales. El paraíso… el paraíso puede irse a la puta mierda



Hawai no se parece mucho al de las agencias de viajes.
 Alexander Payne no es nuevo en esto de hacernos reír mientras estamos llenos de pesar. Suyas son las magnificas Entre copas y A propósito de Schmidt, dos películas que según opiniones oscilan entre la excelencia emocional y un aburrimiento comparable a ver un discurso en directo de Jean-Dominique Bauby. Esta es una crítica corriente, ya que para muchas personas en estas películas no sucede nada, no dejan de ser un paseo en un lugar y en un momento, pero aquí todo sucede a nivel emocional, los conflictos y las soluciones se crean dentro de las cabezas de los personajes. Nos mete dentro de un universo en el que los problemas personales y la frustración no se pueden resolver con una escopeta (¿soy el único que se siente frustrado por no poder resolver los problemas con una escopeta?) y en el que nos resulta fácil empatizar con los personajes que lo pueblan gracias a la manera nada teatral de vivir en él. En este caso unas islas de Hawai, que arrancan la falsa idea de paraíso que anida dentro de nuestra cabeza solo mostrándonos que ahí también hay lugar para la rutina, que los coches se estancan en atascos en los que la gente se grita para llegar a trabajos de oficina con traje y camisa, que allí también llueve, y que los cielos pueden estar de color gris durante semanas, que sigue habiendo clases sociales que hacen que haya gente que tenga que pasar esto sin un techo y que sigue habiendo familias al borde de su ruptura, como es el caso de Matt King (George Clooney) en esta película. Que en resumidas cuentas, hasta en el más bello rincón de la tierra hay lugar para el ser humano.

Y Matt King vive en una de esas contradicciones humanas, ¿se puede ser infeliz teniendo una familia, dinero y el poder de decidir sobre toda una población? Pues parece ser que sí, y además ni siquiera enterarte de que tu vida va aún peor. Con la difícil decisión sobre la venta de gran parte de la Isla Kauai a sus espaldas, una venta que podría enriquecer a su familia, a los habitantes de las islas o destruir las riquezas naturales del estado, Matt sufre el accidente de su mujer (Patricia Hastie en el papel de su vida, mujer en coma) y pasa a tener que cuidar de sus dos hijas, cosa que hasta el momento no eran más su responsabilidad que la de llevar el dinero a casa y que todo se solucionara. Y así, los cimientos de la rutina se desmoronan. El cerebro necesita la rutina, es su manera de ahorrar energía, de no tener que pensar y concentrarse en sobrevivir. El cerebro incluso llega a engañarnos para no desprenderse de esa comodidad de no necesitar pensar y pasar las cosas por alto, lo vemos en cada momento de nuestra vida, y él, ahí arriba, en el interior de su trono óseo se ríe de nosotros mientras una tras otra deja pasar la realidad que nos desengañaría. Pero hay veces que el escudo de comodidad sufre un revés lo bastante grande como para romperse y ver realmente todo lo que había detrás. Todo es realmente peor de lo que parece, y si no haces algo no es lo peor que podría pasar.

Así que armado de ternura y los valores que se supone que hay que inculcar a los hijos, George Clooney nos da una lección para la vida y cómo devolver el orden a esta (para que nuestro colega cefálico pueda estar tranquilo), y el director Alexander Payne vuelve a demostrar lo que tan bien sabe hacer, emocionarnos y hacernos reír. Todo un abanico de situaciones inverosímiles y de reacciones impensables, incluso de reacciones tan obvias que no pueden hacer menos que sacarnos una carcajada, o todavía mejor, una sonrisa que dura el resto de la película.
Los descendientes ganó varios premios y un montón de nominaciones, pero casi todos relaccionados con su guión, en este caso guión adaptado (basado en la novela de Kaui Hart Hemmings), con el que se llevó el Oscar. Como suele pasar en este tipo de cine, el apartado técnico no tiene por qué ser destacable porque aquí lo importante no pasa por la exhibición de grandes estrellas o en caros procesos de postproducción, sino en crear un ambiente lo más verosímil posible, cosa conseguida sobradamente con una sencilla y animada banda sonora según necesidades y una sucesión de lo más correcta de planos que muestren la realidad en la que sucede todo. Al igual que sucede en El discurso del rey, Los descendientes destaca por no destacar.
Así que, para aquellos que no hayan dejado el artículo a la mitad para descargar Torrente 4, queda concluir que Los descendientes es una comedia más que recomendable. Toda una serie de experiencias recogidas en 110 minutos que sobre todo para los que hayan disfrutado de las películas listadas al comienzo del post van a ser realmente sobresalientes.

7 comentarios:

antonio dijo...

Me estoy acordando de la interesante "Corazón rebelde" y no sé porqué, pero si no la has visto, deberías verla y hacer un artículo porque Jeff Bridges me hizo sentirme la mar de identificado, xDD.

antonio dijo...

Y vaya peliculones que has citado, aunque muchos nos pondrán a parir, en privado o en público. Ya me entiendes...

Iván dijo...

Buena película. El problema es que la gente va a ver "la nueva de George Clooney" en vez de "la nueva de Alexander Payne" y pasa lo que pasa. He leido muchos comentarios sobre ella poniendola a parir pero creo que a nadie que le guste el cine de Payne se puede sentir decepcionado. Recuerdo que pasó un poco lo mismo con Bardem, "No es país para viejos" y los Coen. En fin...

A mi, además de gustarme Payne, me gusta Clooney en su vertiente más "loser" que no en la de tipo por encima de lo humano y lo divino, asi que disfruté bastante la película.

38pajaros dijo...

Últimamente ir a ver "la nueva de Gerorge Clooney" al margen del director también se esta convirtiendo en un acierto. Up in the air, Los hombres que miraban fijamente a las cabras, El americano... parece que sabe elegir bien los guiones en los que trabaja

3ill dijo...

bravo bravo tanto a la peli como a la reseña. Me quedo con la frase de Patricia Hastie interpretando el papel de su vida.

PS: vaya captcha más chungo que ponéis. A ver si a la 3º me acepta como humano

antonio dijo...

Sin duda hay que ir colocando a George Clooney como un gran cineasta (gran actor y gran director/productor) y dejar de asociarle al típico guaperas sin más.

38pajaros dijo...

Si, mira que papelón tiene en este sketch cortito
http://solocomedia.com/2012/10/26/el-cv/