Rebecca (Natalie Portman), una joven estadounidense de origen judío, vive en Jerusalén desde hace unos meses y acaba de romper con su novio en dicha ciudad. Sube al taxi de Hanna (Hanna Laslo), una mujer israelí que debe ir a Jordania, a la Zona Libre, a recoger una importante cantidad de dinero recaudado en turbios negocios relacionados con las armas. Ésa es la trama, pero eso, no parece ser lo más importante para Amos Gitai.
Amos Gitai mezcla escenas sensacionales con otras aburridas e innecesarias en una trama que podría haber dado mucho más de sí, con algo más de dinamismo. La película se desarrolla tal como estas actrices por la carretera, parece que no va a ningún sitio. Tres buenas actrices salvan algunas de las tediosas escenas que no van a ningún lado, buenas intenciones, buenos relatos, pero una película que se desarrolla de una manera un poco desastrosa por la obsesión del autor de lucirse en el discurso y en centrarse en el mensaje que quiere transmitir.
Se agradece que el mensaje sea antimilitarista y antifanatista (por tanto, antisionista), pero eso no justifica que un plano fijo de 6 minutos en los que un personaje llora (aún no sé el porqué) sea buen cine. Estamos hablando de narrativa, la lírica exclusiva, para la poesía, en este arte se requiere mucho más que belleza fotográfica: hay que contar una historia y captar la plena atención del espectador, pensando en el espectador.
La bella y gran actriz Natalie Portman |
Por otra parte, cuando la historia comienza a tener conflicto, el narrador decide que el discurso finalice. No sé a ustedes, pero queda la sensación de que cuando mejor se ponía la cosa, es cuando acaba. Una pena. Excelentes actrices desaprovechadas y una historia poderosa manejada con poca agilidad. Amos Gitai, dedícate a los documentales que haces, que se te da mucho mejor.
El famoso inicio de "Free Zone". Decidan ustedes.
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